jueves, 4 de agosto de 2011

Primera entrada.

Momento de originalidad máxima, primera entrada. Sin salidas de emergencia. Aquí o se lee todo o no se lee nada.
Y de divagación en divagación surge el tema de esta entrada, de la misma forma que surgió este blog hace ya dos meses...No tengo perdón.

Surge con la intención de transmitir algo a las personas (o spybots) que decidan pasarse por aquí. Seguro que no será lo más interesante o revelador que vayas a leer en tu vida pero seguro que te aporta algo nuevo. Algo nuevo que has leído ese día.

Son las...once y diez de la noche. 
Ahora mismo no suena ninguna canción pero eso tiene fácil solución (adoro la nueva versión del iTunes).

El título de este blog venía a ser algo como "la cosa más original que se me haya pasado por la cabeza" que relacionaba la música y la influencia que tiene ella en todos nosotros. Una película de melodías que nos cubre, nos protege, nos asusta, nos incomoda, nos da placer, nos produce euforia, nos entristece o nos lleva a la mayor locura que vayamos a experimentar.

Un tejido que siempre nos acompaña, aunque no notemos su presencia. Aunque no sea algo tangible, presente en ese instante, siempre tendremos esa cancioncilla de ese anuncio tan gracioso que vimos en la tele el otro día. Y que nos lleva acompañando desde hace 20 minutos (¡maldita sea sal de mi cabeza!).
La música es, en esencia, una parte indispensable en nuestra vida, para algunos más indispensable que para otros.

Una capa que algunos la tienen muy gruesa en alguna parte de su alma y sin la cual se sienten desnudos, totalmente en la intemperie. Aquellas personas apasionadas de la música (melómanos convencidos como mi amigo Mikel asegura ser) y que siempre van con la música encima.

Como tanta gente.
En el fondo todos somos melómanos.

El tejido musical que algunos tejen y otros se limitan a acariciar o a dejarse acariciar y envolver por él.
Como el mejor alfombrero persa intentaría, el músico teje su paño para el cliente, se lo ofrece, se lo intenta meter por la oreja (curioso: esto no lo hace ni el peor alfombrero persa) e intenta dejar huella en él. Aunque sea la huella dactilar del apretón de manos del saludo, aunque sea una mancha en un escáner o un encefalograma por la emoción que le produce su pieza...

Musicos y tejedores. Música y tejido.

Por supuesto en el mundo de la música existen las canciones que en las alfombras son como los felpudos. Que juzgue cada uno.
Yo ya he juzgado.

Vas encontrando la salida de esta entrada. Sigue bajando.
Sigue bajando.
Sigue bajando.
Como esas canciones que terminan sin terminar. Apagándose poco a poco.

EN RESUMEN, COMO IBA DICIENDO:
Blog en el que intentaré (lo prometo) escribir más a menudo a partir de ahora, en el que trataré aspectos que me parecen interesantes de la música, en el que comentaré el último concierto al que he asistido, la última canción que ha conseguido que levante una ceja, o si no se me ocurre algo puede que suba alguna canción que haya compuesto.

Paz.

4 comentarios:

  1. quiero un hijo tuyo!

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  2. Me ha gustado,
    En mi caso la música sería algo que llevo dentro, "una capa muy gruesa" en este caso.
    No puedo estar un solo día sin escuchar música, porque no es simplemente música. Es una parte de mí.

    ¿Y sabes que?

    Sin darte cuenta has nombrado a unas amigas tuyas.

    Las que tejen y matan entre sonidos.


    Lo prometido es deuda, no lo olvides. Hasta dentro de, espero, menos de 2 meses.

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  3. Estúpidas arañas....................
    Estúpidas estúpidas arañas..........

    La música de las arañas era la "tarantella" si no recuerdo mal. Un baile que comenzó siendo una maniobra estúpida para evitar el ataque de las estúpidas tarántulas dando estúpidos saltitos.

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  4. ¡Que cabrón! ¡Me has mencionado en un blog! Alagado me hallo

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